Ana Alvarenga de Cruz: Profesional, altruista y mujer de familia

Fotografía: Saúl Larios

Vestuario y accesorios: CH Carolina Herrera

Maquillaje: Julissa Andara Salamé

Peinados: Carol Rodas

Styling: Aldo Marcucci

Producción: Mariandrea Casco

Locación: Vista 1432

Textos: Alejandra Paredes L

Entramos a su casa y nos impactó su sobria elegancia. Espacios amplios, llenos de luz, y en medio, Ana esperándonos, lista para su entrevista con CROMOS. Leggings negros, blusa fresca y descalza, como le gusta estar en casa. Un entorno impecable para una madre amorosa, que en ese momento recibía a sus pequeños que venían de la escuela. Tenía listo café, mini cinnamon rolls y un caudal de energía positiva que le brotaba por los poros. En la siguiente hora y media tuvimos el inmenso agrado de entrar en la vida privada de esta linda joven, una mujer del siglo XXI, esposa, mamá, profesional, altruista, pero sobre y ante todo, mujer de fe.

La habíamos conocido unos años atrás en los estudios de Suyapa TV, cuando Carlos Ramos nos invitó a figurar en el programa “En Blanco y Negro” de la televisión católica hondureña. Tras una amena plática con el director de Notifides y actual director de Suyapa TV, la directora del canal Suyapa TV EDUCATIVA Ada Amalia Puerto, nos la presentó y Ana, que salía de su espacio en el telenoticiario del mediodía Notifides a las 12, nos hizo el favor de transportarnos a Torrelibertad. Un trayecto de cinco minutos y supimos que “aquí” había una buena historia (además de una guapa joven). El tiempo nos dio la razón. Ana Alvarenga de Cruz  es evidencia real y palpable del inmenso valor que tiene una mujer cuidada y formada a la luz de la fe cristiana, como preparación para esa aventura irrepetible que es la vida.  A sus treinta años de edad, Ana es madre de dos preciosos chiquitines, dirige un telenoticiero, es una de las locutoras de Notifides Radio edición matutina, participa en actividades altruistas y vive felizmente casada con el empresario Milton Cruz. Aunque le apasiona la labor en el noticiario Notifides, sabe que muchas personas la pueden sustituir  en sus labores excepto en su hogar, que guarda para ella la prioridad número uno.

Comienzos en familia y trabajo

Ana Alvarenga Fortín es la hija mayor de los ocho hijos de don Elio Alvarenga (rector de la Universidad Católica de Honduras) y Lourdes Fortín de Alvarenga. Sus padres, profundamente devotos, inculcaron en sus hijos sólidas bases familiares y morales. Como es natural, Ana ayudó a su madre con la crianza de sus hermanitos, ya que en palabras de la misma Ana: “mi mamá eternamente estaba embarazada y como es muy de ella; trabajando y estudiando sin cesar”. Doña Lourdes por ejemplo, hizo un doctorado embarazada de su octava hija y hace un par de años culminó su segunda maestría haciendo una transición de la ciencia administrativa a la teología . Lo anterior cultivó en Ana una sólida vocación maternal, un gusto especial por el trabajo, el estudio, y estar en actividad constante.

Ana inició su primaria en la Escuela Americana, posteriormente pasando el resto de la primaria y secundaria en el Centro Escolar Antares. Después se recibió como Ingeniera Industrial (en la UNICAH); dicha institución educativa le dió la oportunidad de realizar su práctica profesional en Essen, Alemania; primera experiencia de Ana viviendo fuera de casa por un período de 3 meses, lo suficiente fomentar su sed por conocer distintas cuturas y descubrir nuevos horizontes. Al regresar a Honduras, presentó su tésis graduándose con grado de Magna Cum Laude. En sus manos ya tenía lo que ella define como su “pasaporte para volar fuera de casa”; condición que su papá Don Elio, le puso para que pudiera madurar antes de salir del país por un tiempo más extendido. Ya titulada, viajó a cursar su maestría en España, donde se inclinó por el mundo de la moda, que le fascina hasta la fecha.

En Barcelona, estudió Fashion Business Management, en la Universitat Ramon Llul, máster auspiciado por el corporativo de indumentaria Mango (MNG), cuyos CEO’s impartían clases, llevando a sus alumnos a conocer las empresas textileras, oficinas y tiendas de la franquicia. Su tiempo en Barcelona “dejó huella”, por el conocimiento adquirido en el post-grado, y por las amistades cosechadas en aquel entonces, que aún hoy son de mucho valor para ella. Dicha experiencia le hizo madurar y despertó en Ana el coraje de superar miedos, inseguridades y sentirse capaz de hacer lo que ella se propusiera; sentimiento que la catapultó para regresar a Honduras a tramitar su visa para cambiarla de estudiante a visa de trabajo y regresar a trabajar a España en la industria de la moda, pero es entonces cuando le hacen una oferta del Grupo Simán, que administra las franquicias del grupo INDITEX en Centroamérica (Zara, Pull & Bear, Stradivarius, Bershka, Zara Home y Massimo Dutti). El Grupo Simán acababa de abrir en Honduras su primera tienda de Zara, y ella debe viajar a San Salvador a capacitarse, comenzando desde abajo: “yo empecé allí, así literalmente apilando cajas en un almacén, perchando la ropa que venía en los camiones, yo trabajaba en el backstage.

Era un lujo llegar a ser dependienta de la tienda, esa fase representaba como la graduación del entrenamiento”, nos cuenta. La formación  en esta empresa la lleva a empezar de cero, experiencia que incentivó en ella la humildad de reconocer que por muchos títulos y conocimientos administrativos que ella tenía; de la cultura y metodología de trabajo de esa empresa, ella no sabía nada y nos explica: “permanecí cuatro meses entre las dos tiendas de San Salvador, y luego viajé a Costa Rica a completar mi entrenamiento.  Regresé a Tegucigalpa a trabajar a la primera tienda de Zara que abrió sus puertas en Honduras, en el Mall Multiplaza”.  Este primer empleo, altamente exigente para ella, lo asumió con pasión. “Me entregué a esa tienda, como si fuera mía”, recuerda. Fueron días de trabajo intenso, llegó a perder peso y enfermarse dada la intensidad con que asumía sus deberes en Zara. En total, Ana trabajó un año aproximadamente con la franquicia. Al salir de ZARA cambió radicalmente de rubro, laborando como Ejecutiva de Ventas Corporativas para FICOHSA SEGUROS. Es en esta transición, que ocurre el punto de inflexión que daría un vuelco a su vida al conocer al hombre que sería su esposo.

Un cambio de vida.

Conversando con Ana en su casa, se acercaban sus hijos, deseosos de compartir tiempo con su madre, y ella los atiende con ternura en medio de nuestra plática. Poco antes, nos comentaba que en su trabajo actual en Notifides a las 12, sus horarios de trabajo pueden ser muy exigentes particularmente en las fiestas de guardar para la Iglesia Católica, pero que siempre busca atender bien a sus pequeños y que sientan lo menos posible su ausencia, de hecho, “cuando están en casa sintonizan NOTIFIDES y es chistoso porque saludan a la pantalla esperando que yo les vea y los salude de vuelta”. Ana, es consciente que la vida está compuesta por etapas; “en estos momentos estoy en la radio y televisión, puede ser que en un par de años no esté,” pero, nos remarca que para esa labor, la de ser madre, no existe sustituta posible, es para toda la vida y tiene razón.

Volviendo a su noviazgo, Ana sonríe al recordar el día en que conoció a su marido, durante la boda civil de una prima muy querida quien buscaba a toda costa encontrarle pareja, dándose a la tarea de presentarle a todos los amigos del novio, “como fuera, ellos querían que conociera a alguien”, recuerda con una sonrisa. Fue al final de la fiesta que el novio le presentó a Milton. “Cuando me lo presentaron, él estaba hablando por el celular, y no lo soltaba”. Esto, aunque le molestó, fue (quizá) una táctica efectiva para despertar su curiosidad.  Al día siguiente, que era domingo, él la llamó justo antes que ella entrara al usual grupo de oración con sus papás y hermanos, por lo que Ana no lo pudo atender. Él no la volvió a llamar en toda la semana asumiendo que ella no estaba interesada en él y se vieron hasta el día de la boda eclesiástica de la prima. Todo parecía predestinado, porque cuando la novia lanzó el ramo, Ana, gracias a su estatura, lo atrapó, con la inmensa casualidad que la liga le tocó, precisamente, a Milton Cruz. Naturalmente, tuvieron que bailar, y desde entonces, ya no se separaron más.

Salieron todos los días desde ese momento, se enamoraron y se comprometieron a los tres meses de conocerse. Ana y Milton tuvieron un noviazgo muy corto (a juicio de ella), pero debió ser así, Dios así lo quiso, porque hoy están viviendo, nos comenta Ana, los días más felices de su matrimonio gracias a la misericordia de Dios, “mi matrimonio es como un fénix”. Su boda fue la primera que se celebró en la Catedral Metropolitana después de muchos años, y desde entonces muchas parejas la han escogido para casarse. La fiesta fue en La Alhambra de El Hatillo, y llovió a cántaros, “el denominador común de los trajes y vestidos de todos los invitados era el agua y lodo”. Aún así los novios pasaron felices, bailaron y disfrutaron toda la noche. “Fue una boda alegre, organizada por el mismo Milton, quien me transmitió una gran seguridad, algo que hace hasta la fecha”. La maternidad llegó pronto, “cuando a los seis meses de casada (nuestra primera Navidad) descubrimos que seríamos padres”.

Una nueva etapa

Un día, a los pocos meses de haber dado a luz, en aquel entonces la directora de Suyapa Medios, que actualmente maneja Suyapa TV Educativa y el programa TELEBÁSICA, la invitó a formar parte de un segmento en el programa de Delma Adriana Reyes, “Al Despertar” que se llamó  “Al estilo de súper mamá”, el cual hacía ad-honorem. Los temas eran muy variados, y le dieron el fogueo necesario para emprender una carrera frente a las cámaras. Pronto, Ada Amalia le invitó a “Suyapa TV Educativa”  capítulo de Suyapa Medios para que fuera parte del proyecto Telebásica, con el Ministerio de Educación, para llegar a las escuelas de la zona rural. Al poco tiempo, Ada junto a Carlos Ramos le propusieron elaborar un proyecto para un telenoticiero al mediodía de lunes a viernes, que se llamaría “Notifides a las 12”; “reto en el que trabajé de la mano con la ayuda de Carlos, director del programa Notifides (edición estelar), Jonathan Valladares productor de los noticieros y como olvidar a Don Orlando Garner que se encargó de pulir el presupuesto financiero no una sino las cinco veces que nos rebotaron el proyecto hasta que fuera autosostenible.  “Dios me puso en ese momento las personas justas que yo necesitaba para llevar a cabo el proyecto”, expresa Ana, cuya propuesta fue finalmente aprobada por las contrapartes de la Universidad Católica, entidad que administra Suyapa Medios.

Como todo en la vida, su carrera en los medios católicos no ha sido ni es fácil a la fecha. A pesar del enorme potencial que tiene un canal dedicado a la fe en nuestro país, Ana ha nadado contracorriente para lograr el apoyo de ciertos sectores: “Nuestro mayor reto ha sido posicionar al canal como un medio de comunicación que funciona como cualquier otro negocio de este rubro; debe sostenerse economicamente en su mayoría por las pautas publicitarias, y es frustrante que para muchos el negociar la publicidad con nosotros, creen erroneamente que se puede acordar nuestro servicio por una ofrenda símbolica, cuando realmente es un contrato de costo beneficio.” Es lamentable, que a juicio de tantas personas no es televisión “de verdad”. Pero a juicio de Ana, y de muchos de nosotros, esto es exactamente Suyapa TV: un medio que transmite la verdad, “porque no nos debemos a nadie, más que a Dios y a la credibilidad de nuestros seguidores” acotó.

Como observa Ana, y estamos de acuerdo totalmente con ella, Suyapa TV tiene un gran potencial para propiciar cambios en nuestra sociedad. “Somos un canal especializado que de acuerdo a indicadores internacionales somos de los de mayor crecimiento administrativo en la rama católica. Nuestro valor agregado es evangelizar; siendo promotores de los valores morales”,  expresa. En una sociedad como la nuestra, plagada de problemas sociales en todos los ámbitos y niveles, Suyapa TV es un bálsamo y una guía para las miles de familias afectadas por situaciones complicadas que van desde problemas económicos, desintegración familiar, y todo tipo de situaciones derivadas de la enfermedad, violencia, migración, en fin. Expresa Ana “ahí radica la responsabilidad de representar los medios de comunicación de la Iglesia Católica; (digamos que la expectativa de nosotros es mayor por lo que representamos), interpelado a la sociedad para generar cambios positivos, considerando la palpable indiferencia y los ruidos del mundo que muchos medios de comunicación irresponsablemente se prestan a propagar”.

Apoyo a las buenas causas

En fin, Ana Alvarenga está como pez en el agua en Suyapa TV, en su familia y en su casa, sitios en que se integran incontables oportunidades para promover las buenas causas y poner en práctica el ejemplo que le dieron sus padres y el que aprendió en su escuela “desde pequeña, gracias al ejemplo de espíritu de servicio visto en mis padres, la formación que recibí en mi escuela Antares, en el centro de Formación para la Mujer, ILAMA”. Ana también remarca el complemento perfecto que representa Milton para ella: “desde que me casé, tengo el ejemplo de mi esposo que es un hombre de corazón noble y desprendido; juntos procuramos con el ejemplo, transmitir a nuestros hijos la importancia de no sólo vivir para uno mismo; empezando por la práctica de la caridad en casa y cada uno en su lugar de trabajo”.

“Dentro del plan de vida de todos, debería estar trazado un propósito concreto para ayudar a los menos afortunados. He procurado apuntarme en diversas actividades en las cuales puedo descubrir, en el sufrimiento ajeno, al mismo Cristo que me da la oportunidad de servirle a través de los demás. Y lo más bello de la labor es descubrir en medio de tanta carencia, dolor y sufrimiento, nuestras propias miserias y lo ridículos que somos al quejarnos de nuestras pequeñeces ¡cuando hay muchísima gente que de verdad la pasa mal! Son esas oportunidades que tenemos para crecer en fortaleza, sobriedad, desprendimiento, tolerancia y amor”. Y continúa: “Actualmente soy parte de CEPUDO capítulo Tegucigalpa, Francisco Morazán; asociación sin fines de lucro que ayuda a mejorar la calidad de vida a los más pobres, a través del desarrollo de diferentes proyectos”, expresa. “CEPUDO me ha ayudado a concretar mi deseo de servir por un camino especifico y a concientizarnos junto a los que me rodean, la urgencia palpable de ser nosotros agentes de cambio”.  Auguramos éxitos a esta joven mujer, inmensamente bendecida por haber nacido en una familia unida, temerosa de Dios y amante del trabajo duro. Es por mujeres como ella (y como muchas) que Honduras está saliendo adelante. Finalizamos agradeciéndole a nombre de todo el staff de CROMOS, por haberse prestado para tomarse estas bellas fotos y contarnos su historia.