10 noviembre, 2020
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La salud mental y el ejercicio físico

La salud mental y el ejercicio físico han sido relacionados frecuentemente desde la antigüedad, encontrándose evidencias de que el bienestar físico y la práctica regular de ejercicio permiten mejorar también el bienestar psicológico de quien lo practica. 

  1. Genera endorfinas y incrementan la sensación de bienestar

Se ha comprobado que la realización de ejercicio físico provoca la liberación de endorfinas, opioides endógenos que tienen un efecto relajante y inducen sensación de satisfacción, bienestar físico y emocional.

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  1. Permite mejorar la autoimagen y la autoestima

La práctica continuada de deporte tiene un efecto también en la imagen corporal, reduciendo el peso y la grasa corporal y tonificando el cuerpo. Esto a su vez tiene una repercusión en la autoimagen y el autoconcepto, sintiéndonos más atractivos, enérgicos y ágiles e incrementando a su vez la autoestima. Además de ello, el hecho de mantener una rutina y una disciplina constantes hacen que nos veamos más constantes y capaces de perseverar y luchar por nuestras metas.

  1. Mejora el estado del ánimo

A partir de todo lo anterior y como consecuencia de la práctica de ejercicio físico se ha comprobado que aumenta al bienestar y permite controlar y gestionar mejor el estado de ánimo, facilitando una tonalidad emocional positiva, más estable y más optimista.

  1. Frena y dificulta el deterioro cognitivo

En gran parte debido al punto anterior, se ha observado que las personas que practican ejercicio de manera regular tienden a tener menor probabilidad de sufrir deterioro cognitivo o demencias como el Alzheimer, o a enlentecer el deterioro en fases iniciales de estas.

  1. Favorece la disciplina

El deporte y el ejercicio físico, además de la concentración, requiere y favorece la capacidad de mantener una rutina y comprometerse a hacer algo que supone un esfuerzo continuado a lo largo del tiempo. Así, facilita que aparezca una actitud disciplinada que se puede extrapolar a otros ámbitos de la vida.

  1. Ayuda a conciliar el sueño

Todos hemos hecho algo de ejercicio en alguna ocasión. Después de hacerlo probablemente nos hayamos sentido cansados y relajados, pudiendo dormir más fácilmente si pasa un tiempo prudencial entre deporte y sueño. Se ha comprobado científicamente que efectivamente, la práctica regular de ejercicio permite conciliar el sueño con más facilidad y dificulta la aparición de insomnio.

  1. Despeja, da energía y aumenta la motivación

Aunque parece opuesto al punto anterior, lo cierto es que hacer ejercicio moderado permite a la persona despejarse y incrementar su nivel de energía en los primeros momentos, producto de las alteraciones generadas a nivel fisiológico y en la química cerebral (por ejemplo, eleva el nivel de noradrenalina cerebral).

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