6 abril, 2017
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Jenner en el ojo del mundo

Tremendo resbalón dio la multinacional Pepsi cuando en la fecha misma del aniversario dedicado a Martin Luther King (mártir del movimiento por los derechos civiles) lanzó un spot inspirado en las manifestaciones en Estados Unidos, que tantas muertes dejaron, incluyendo el asesinato de King. Protagonizado por Kendall Jenner, tras minuto y medio de una ensalada racial musicalizada (latinos, negros, musulmanes, asiáticos y LGBT) en una calle americana, Jenner se despoja de su peluca rubia, se la avienta a una mujer afroamericana (única gordita de todo el comercial) y se une a la marcha, que alcanza su clímax cuando la “reality star” entrega una lata de Pepsi a un policía que observaba la manifestación, que se convierte en una fiesta. Todo para vender soda.

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Lo que para el anunciante significaría “un mensaje global de unidad, paz y entendimiento” se convierte así en una verdadera pesadilla de relaciones públicas para la marca, que debió retirar del aire el comercial, y pedir disculpas por el tropezón, que sigue generando una avalancha de negatividad a nivel planetario. El centro de la polémica: trivializar las marchas de protesta y convertirlas en pasarela para un refresco. Los comentarios negativos en las redes sociales fueron encabezados por un tuit de Bernice, hija de Martin Luther, quien subió una foto de su padre, arremetido por un policía, diciendo: “si tan solo mi padre hubiese conocido el poder de #Pepsi.”

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Para colmo de males, la semana misma en que Pepsi decide lanzar este comercial, ocurren graves ataques inspirados por la intolerancia con repercusiones a nivel mundial, como el ataque químico a una población siria en su mayoría niños. Y esto, desde luego, ha sido combustible para la polémica, catalogada como un “Chernobyl geoestratégico” por El País de España.

Nada sospechaban los publicistas, los anunciantes, ni la misma Jenner lo que se les venía. El mencionado comentario de El País se titula “Anatomía de un disparate”, y enumera las pifias visuales y conceptuales cometidas segundo a segundo en el comercial, que se prolonga durante 2:40 minutos “interminables”. El texto español aprovecha para criticar las superficialidades de una generación “millenial” que trivializa un tema de severas consecuencias y que tiene precisamente en el clan Kardashian, a sus máximas heroínas.

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Al momento de la publicación de esta nota, las reacciones siguen emergiendo. Es posible que los que menos entiendan el revuelo sean los mismos “millenials”. Hasta este momento, Jenner no ha contestado. Sin duda porque no tiene ni la más remota idea del porqué de tanto revuelo, no comprende en lo absoluto la crítica, y cómo fue que lo que parecía un lanzamiento al megaestrellato se convirtió en “el peor anuncio jamás filmado”. Quizá Kendall deba, como tantos millenials, apartar su atención de los espejos, dejar de hacerse tanto selfie, y ponerse a leer historia o al menos, las noticias.

Quizá así entienda.

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