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6 maneras de eliminar el cansancio de la piel |
El estrés, los largos días de trabajo, alimentación desequilibrada y las pocas horas de sueño le pasan factura a nuestra piel. Todo ello se refleja en nuestro rostro: mirada cansada, gesto decaído y falta de luminosidad. La acumulación de esta fatiga facial termina envejeciendo la piel y, por eso, requiere un cuidado intenso y profundo.
El primer paso para disimular las huellas de cansancio de la cara consiste en realizarnos una limpieza de la piel.
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Agua de rosas
Tiene un aroma delicioso, es muy refrescante y adecuado para pieles grasas y mixtas. Además contiene nutrientes beneficiosos para la piel, como los antioxidantes, ácidos orgánicos y vitaminas y minerales.
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Aceite de oliva
Para evitar que se resequen las pieles secas y maduras podemos llevar un botecito con una parte de aceite de oliva por cada cinco partes de agua. Lo agitaremos antes de usar y nos limpiaremos el rostro con un algodón o toallita suave humedecida en esta mezcla.
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Piña
Si estamos en casa y tenemos piña natural podemos hacernos una efectiva limpieza si nos untamos un trozo de piña por todo el rostro y lo dejamos un par de minutos hasta que se seque. A continuación, nos lavaremos el rostro con agua.
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Agua fría
La manera más rápida de producir un efecto de relajación y tonificación de manera instantánea consiste en salpicarnos el rostro con agua muy fría.
De este modo, una vez nos hayamos limpiado el rostro, nos refrescamos la piel de la cara con agua bien fría.
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Automasaje
Una vez hemos tratado nuestra piel para limpiarla de impurezas y nutrirla en profundidad es el momento ideal para realizarnos un automasaje que nos permita relajar las tensiones, dar flexibilidad a la piel y mejorar todavía más la absorción de la loción hidratante.
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Relajación de ojos
Los ojos pueden cambiar el aspecto general del rostro, ya que acumulan la tensión y el cansancio de todo el día. Para combatir el problema del cansancio ocular en un minuto podemos recurrir al palmeo, una técnica de relajación ocular, que consiste en frotar nuestras manos para que entren en calor y apoyar los ojos cerrados en la palma de las manos.