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5 plantas fáciles de mantener perfectas para novatos |
Olvídate del aloe y el cactus de plástico e incorpora un poco de verde natural a tu rincón de trabajo con estas plantas: son preciosas y a prueba de jardineros torpes.
Sansevieria o planta de serpiente
es de las especies más agradecidas: se conforma con el poco caso que la hagas y con cuidados mínimos se puede convertir en el purificador de aire perfecto para tu lugar de trabajo ya que es capaz de liberar oxígeno durante la noche.
No hace falta que limpies sus hojas, se adapta a cualquier tipo de iluminación y sobrevive echándole agua solo cuando la tierra está seca.
Costilla de Adán o monstera adansonii
Estarás más familiarizada con su versión maxi de esta planta de hojas grandes y en forma de corazón troquelado, pero también hay versiones minis de ella y esa es la que necesitas a tu vera cuando estés trabajando.
El éxito de esta planta en todas las oficinas del mundo obedece a que siempre está verde, crece con rapidez y se mantiene fácilmente, aunque sí precisa un riego regular y luz intensa para que sus hojas mantengan un verde intenso (aunque puede ser artificial y nunca directa del sol).
Carassula obata o árbol de jade
Pertenece a la familia de las suculentas (ese tipo de plantas que tienen las hojas acolchadas y gorditas) y lo único que le pide a la vida es que cada 15 días te acuerdes de darle un poco de fertilizante si quieres que crezca.
Por lo demás, puede ser la compañera perfecta de tu mesa de trabajo se encuentre esa mesa cerca de la ventana o no: se adapta a cualquier tipo de luz y solo necesita que la riegues cuando la tierra está completamente seca.
Planta del dinero china (Pilea peperomioides)
La tradición afirma que te conseguirá buena suerte y la botánica que te acompañará durante mucho tiempo ya que es casi imposible de matar y fácil de compartir: si la haces un poco de caso lograrás que le salgan brotes nuevos que puedes regalar a las personas de tu entorno.
En invierno aguanta con un riego cada cinco días y cuando aprieta el calor hay que aumentar la frecuencia de riego a un par de veces a la semana. Eso sí, aléjala de las corrientes de aire.
El cactus castillo de hadas (Acanthocereus tetragonus)
Ideal para espacios pequeños (el tamaño máximo que alcanza son 70 cm de altura y echándole muchas ganas y abono) su forma con un tronco central y numerosas ramificaciones y aureolas le dan el perfil del castillo de cuento de hadas al que hace alusión su nombre.
Los cuidados que necesita para sobrevivir son mínimos y a prueba de personas con cero habilidades botánicas: solo hay que asegurarse de que recibirá luz en algún momento del día (aunque no le pongas a pleno sol en verano o te quedarás sin él) y regarlo cuando la tierra esté seca (que en invierno puede llegar a ser una vez cada 15 días).