11 mayo, 2020
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Efectividad de las diferentes mascarillas

Existen tres grandes grupos: mascarillas quirúrgicas, mascarillas filtrantes y mascarillas caseras.  Te indicamos cuáles son sus usos y efectividad.

Mascarillas filtrantes (N95)

Las mascarillas filtrantes, también denominadas respiradores, son un dispositivo de protección personal que se usa en la cara o la cabeza y cubre al menos la nariz y la boca.

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A diferencia de las mascarillas quirúrgicas, las mascarillas filtrantes están diseñadas específicamente para proporcionar protección respiratoria al usuario,  al crear un sello hermético contra la piel y no permitir que pasen partículas peligrosas presentes en el medio ambiente como gases, vapores, aerosoles y agentes infecciosos.

Antes de usarlas es necesario hacer una prueba de ajuste para asegurar que se logra un sellado adecuado de la cara. Cuando está  ajustada adecuadamente y el usuario inhala, se produce una fuga mínima alrededor de los bordes del respirador. Esto significa que casi todo el aire se dirige a través de los medios de filtro asegurando así su eficacia en reducir el riesgo de inhalar partículas peligrosas en el aire.

La mascarilla  filtrante N95 está certificada por el Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH) de los Estados Unidos de América con una capacidad de filtrado del 95%. Las mascarillas con filtro de  protección personal (FPP2)  según la norma de la Unión Europea EN 149 tiene una capacidad de filtrado del 92%.

Mascarillas quirúrgicas.

Son mascarillas de uso médico y cuentan con triple capa, las de dentro y fuera son de poliéster y la capa central es de polipropilen. Se utilizan con el objetivo de proteger al paciente de posibles agentes infecciosos presentes en la cavidad nasal o bucal del usuario de la mascarilla. Pueden ser utilizadas también por pacientes y otras personas con el objetivo de reducir el riesgo de propagación de infecciones.

Ejercen básicamente de barrera para evitar la emisión de gotitas respiratorias al estornudar o toser, por tanto, tienen la finalidad de evitar la transmisión de agentes infecciosos por parte de la persona que la lleva.

Mascarillas caseras

Las mascarillas de realización casera, normalmente de tela, solo debería considerarse como un último recurso para prevenir la transmisión de gotas por parte de individuos infectados y sería mejor que no tener protección. Idealmente deberían usarse en combinación con un protector facial.

Las recomendaciones del Center for Disease Control and Prevention (CDC) indican que en entornos donde no hay mascarillas faciales disponibles, se podría usar mascarillas caseras como último recurso.

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