1 julio, 2020
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Beneficios del Yoga

Practicar yoga con regularidad es una excelente forma de aliviar el estrés y las tensiones que acumulamos y que nos pasan factura tanto a nivel físico como mental. Hoy nos centraremos en los beneficios físicos que podemos conseguir:

Mejora la respiración.

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 El yoga enseña a respirar correctamente. La respiración conocida como abdominal o diafragmática, que en la inspiración se inicia en el abdomen para continuar en la zona intercostal y terminar en la clavícula, y en la espiración sigue el recorrido a la inversa, incrementa la oxigenación de las células. Las posturas, combinadas con una respiración adecuada, mejoran la circulación sanguínea, lo que incide positivamente en el cerebro, órganos vitales y extremidades. Respirar de manera profunda y a un ritmo pausado equilibra el sistema nervioso, ralentiza el ritmo cardiaco y relaja los músculos.

Refuerza el sistema inmunológico

El yoga ayuda a reducir el nivel de cortisol, (la hormona relacionada con el estrés); está demostrado que unos niveles de cortisol elevados pueden provocar cambios de humor, aumento de peso, presión arterial alta, y problemas de sueño y digestivos, entre otros. Además, unos niveles altos de cortisol en sangre provocan cambios en el sistema inmunológico. Al incidir directamente en esta hormona, la práctica del yoga aumenta nuestra resistencia a enfermedades e infecciones.

Aumenta la flexibilidad

Uno de los primeros cambios positivos que se perciben al empezar a practicar yoga es el aumento de la flexibilidad, muy importante porque, entre otras cosas, ayuda a evitar lesiones. Es probable que en un principio el cuerpo esté rígido, lo que se percibe con más claridad en las torsiones, pero, con la constancia, estas posturas son las mejores aliadas para aumentar la flexibilidad. A medida que aumenta la flexibilidad, desaparecen muchos de los dolores musculares provocados por las tensiones y por las malas posturas.

Mejora el equilibrio

Para conseguir equilibrio en las posturas, es necesario ejercitar es la conciencia sobre el cuerpo. Cuando se practica yoga, es importante mantener la concentración en las sensaciones que produce cada postura, estando presentes en todo momento, y realizando las correcciones que sean necesarias para mejorar. A medida que se adquiera experiencia, el cuerpo aprenderá cómo con un pequeño ajuste se puede recuperar el equilibrio en una postura. A medida que mejora el equilibrio, también lo hace nuestra flexibilidad, ya que las articulaciones se benefician de este tipo de ejercicios.

Fortalece músculos y huesos

Tener una musculatura definida no solo mejora el aspecto físico, también protege los huesos, evita lesiones y previene enfermedades como la artritis; por si fuera poco, al mejorar la coordinación, se reducen las caídas en las personas mayores. El yoga ayuda a fortalecer los músculos pero, a diferencia del trabajo de musculación de los gimnasios, evita que se acumule ácido láctico en el cuerpo, lo que provoca fatiga y dolor, y no reduce la flexibilidad, tan importante para la práctica del yoga.

En cuanto a los huesos, esta demostrado que el yoga ayuda a reforzarlos y a frenar la pérdida de masa ósea. Además, es fundamental para prevenir lesiones y fracturas, sobre todo en personas con osteoporosis. Con el yoga se consigue mejorar la postura; además, incide en la salud de la columna vertebral, al obtener los discos que separan las vértebras los nutrientes necesarios.

Equilibra el Sistema Nervioso

Por último, el yoga estimula la relajación, hace más lenta la respiración y ayuda a equilibrar el sistema nervioso autónomo, compuesto por el sistema nervioso simpático (SNS) y el sistema nervioso parasimpático (SNP). El yoga activa el SNP, que favorece la relajación, reduciendo el ritmo cardiaco y la presión sanguínea, y facilita la recuperación en situaciones de estrés. Uno de los secretos del yoga documentado en numerosos estudios es que, al combinar posturas dinámicas con la relajación, resulta mucho más eficaz como herramienta para combatir el estrés que cualquier ejercicio de relajación que no vaya acompañado de ninguna otra práctica dinámica. De esta forma, además, se consigue mantener un equilibrio en el sistema nervioso.

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